Tal vez tenga razón Jorge Luis Borges cuando afirma que cuatro y sólo cuatro con las historias que siempre contamos.
En la primera, la más antigua, aparece una fuerte ciudad sitiada por hombres valientes; los defensores saben que sus esfuerzos son en vano y quienes atacan a hierro y fuego, como por ejemplo Aquiles ante Troya, saben que morirán antes de la victoria final. Aqueos y troyanos peleaban por una sombra, una mujer, Helena.
La segunda historia, vinculada con la anterior, es la del regreso. El regreso de los héroes que vuelven de la guerra a sus casas, como Ulises y Eneas.
La segunda historia, vinculada con la anterior, es la del regreso. El regreso de los héroes que vuelven de la guerra a sus casas, como Ulises y Eneas.
La tercera es la búsqueda que siempre alcanza el fin buscado. "En el pasado toda empresa era venturosa - afirma Borges -. Ahora, está condenada al fracaso porque los héroes modernos solo pueden esperar la derrota".
La última, la cuarta historia, es la del sacrificio de un dios. Attis en Frigia, se mutila y se mata; Cristo es crucificado por los romanos.
Dice Borges que habremos de seguir narrando estas cuatro historias, transformándolas, durante el tiempo que nos queda, como si solo de ellas o sobre ellas pudiéramos hablar.
Recuerden cualquier historia que hayan leído, oído o visto, y le darán la razón.
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