La frase the blues hace referencia a los blue devils (diablos azules o espíritus caídos), la depresión y la tristeza. Una de las primeras referencias a the blues puede encontrarse en la farsa Blue Devils, a farce in one act (1798) de George Colman. Posteriormente, durante el siglo XIX, esta frase fue usada eufemísticamente para hacer referencia al delírium trémens y a la policía.
A pesar de que la frase, en la música afroamericana, pueda tener un significado más antiguo se atestiguó que en 1912, en Memphis (Tennessee) el músico W. C. Handy ya utilizaba (en su tema Memphis Blues) el término the blues para referirse a un estado de ánimo depresivo.
Los géneros asociados al blues comparten un pequeño número de características similares, debido a que este género musical adopta su forma de las características personales de cada artista que lo interpreta. Sin embargo, existen una serie de características que estaban presentes mucho antes de la creación del blues moderno.
Una de las primeras formas de música conocida que guarda similitud con el blues, se corresponde con los gritos de llamada y respuesta (música), los cuales se definieron como «expresiones funcionales de un estilo con acompañamiento o armonía y alejados de la formalidad de cualquier estructura musical». Una forma de este estilo pre-blues se pudo escuchar en los lamentos, o gritos de campo de esclavos, los cuales tomaron la forma de «canciones de un sólo intérprete con contenido emocional». El blues, hoy en día, se puede definir como un género musical basado tanto en una estructura armónica europea como en la tradición de llamada y respuesta del África occidental y transformado en una interacción entre voz y guitarra.
Muchos de los elementos del blues, como el patrón de llamada y respuesta y la utilización de las notas de blues, pueden encontrarse en las raíces de la música africana; Sylviane Diouf señala algunas características determinantes del blues, como son el uso de melismas y una entonación nasal, que pueden sugerir la conexión entre la música del África Occidental y el blues. El etnomusicólogo Gerhard Kubik puede que haya sido el primero en afirmar que ciertos elementos del blues tienen sus raíces en la música islámica de la parte central y occidental de África.
Los instrumentos de cuerda (los preferidos por los esclavos procedentes de las regiones musulmanas de África), estaban generalmente permitidos ya que los dueños de los esclavos consideraban que dichos instrumentos se asemejaban a otros instrumentos europeos, como el violín. Debido a ello, aquellos esclavos que eran capaces de tocar un banjo, u otro instrumento de cuerda, podían hacerlo con mayor libertad. Este tipo de música solitaria de esclavo muestra elementos de un estilo árabe-islámico basado en la huella que el Islam ha impreso durante siglos en África Occidental.
Kubik también apuntó que la técnica Misisipi de tocar la guitarra, mediante una cuchilla afilada (utilizada por W. C. Handy), corresponde a un tipo de técnica musical similar usada en ciertas culturas del África central y occidental. El diddley bow —el cual se piensa que fue muy común en todo el sur del continente americano durante los primeros años del siglo XX—, es una derivación de un instrumento africano, el cual es muy probable que ayudara en la transferencia de técnicas en los primeros comienzos del blues.
La música blues adoptó más adelante elementos del ethiopian airs, minstrel shows y espirituales negros, incluyendo instrumentación y acompañamiento armónico. El género también está relacionado con el ragtime, el cual se desarrolló por la misma época, aunque el blues «preservó mejor los patrones melódicos de la música africana».
Canciones blues de este período, como las de Leadbelly o las de Henry Thomas muestran una amplia variedad de estructuras, convirtiéndose en las más habituales las formas musicales de doce, ocho o dieciséis compases, basadas en los acordes tónicos, subdominantes y dominantes. Las raíces de la que hoy en día se conoce como la estructura blues de doce compases, están documentadas en la historia oral y en las partituras de las comunidades afroamericanas que habitaban las regiones del bajo Misisipi, en la calle Beale de Memphis y en las bandas blancas de Nueva Orleans.
La forma original de las letras de blues consistió, probablemente, en una única línea repetida tres veces. Más adelante, la estructura actual, basada en una única repetición de una línea seguida por una línea final, se convirtió en estándar. Estas líneas solían ser cantadas siguiendo un patrón más cercano a una conversación rítmica que a una melodía.
Los primeros blues, con frecuencia, tomaban la forma de una narración la cual solía transmitir mediante la voz del cantante sus penas personales en un mundo de cruda realidad: «un amor perdido, la crueldad de los agentes de policía, la opresión de los blancos y los tiempos difíciles». Gran parte de los blues más antiguos contienen letras más realistas a diferencia de la mayoría de la música popular que se grababa por aquellos tiempos; por ejemplo, la canción Down in the Alley de Memphis Minnie, trata sobre una prostituta que mantiene relaciones sexuales con un hombre en un callejón.
Este tipo de música se denominó gut-bucket blues, un término que hacia referencia a un instrumento musical casero (con forma de bajo) fabricado a partir de un cubo de metal el cual era utilizado para limpiar los intestinos de los cerdos para preparar chinchulín (un tipo de comida que se asociaba con la esclavitud). Los blues gut-bucket solían ser depresivos y trataban acerca de las relaciones ásperas y difíciles, de la mala suerte y de los malos tiempos; debido a este tipo de canciones, y a las calles donde se interpretaban, la música blues adquirió mala reputación, llegando a ser criticada por predicadores y feligreses.
A pesar de que el blues solía asociarse con miseria y opresión, también puede adquirir tintes cómicos o humorísticos, y en muchos casos, connotaciones sexuales.
El autor Ed Morales afirma que la mitología yorubá jugó un papel importante en los primeros blues, citando el tema Cross Road Blues del músico Robert Johnson como una «referencia finamente velada a Eleguá, el orishá encargado de los caminos». Sin embargo, algunos artistas prolíficos de blues, como Son House o Skip James tuvieron en su repertorio varias canciones religiosas cristianas o de estilo espirituales. Reverend Gary Davis y Blind Willie Johnson son algunos ejemplos de artistas que suelen categorizarse por su música como músicos de blues, a pesar de que las letras de sus canciones corresponden claramente a espirituales.
El blues ha evolucionado de una música vocal sin acompañamiento, interpretada por trabajadores negros pobres, a una gran variedad de subgéneros y estilos, con variedades regionales a lo largo de todo Estados Unidos y, posteriormente, de Europa y África. Las estructuras musicales y los estilos que están considerados hoy día como el blues, así como en la música country moderna, nacieron en las mismas regiones del sur de Estados Unidos durante el siglo XIX. Pueden encontrarse grabaciones de blues y de country que se remontan a los años veinte, periodo en el que la industria discográfica creó categorías de marketing denominadas «música racial» y «música hillbilly» para vender canciones a los negros y a los blancos, respectivamente.
En aquel periodo, no existía una distinción musical clara entre los géneros blues y country, excepto por la raza del intérprete e incluso en determinadas ocasiones este detalle solía estar documentado incorrectamente por las compañías discográficas.
Mientras que el blues emergía de la cultura afroamericana, algunos músicos de blues ya eran conocidos a nivel mundial. Algunos estudios sitúan el origen del espiritual negro en la exposición que tuvieron los esclavos al gospel, (originario de las Hébridas) de sus amos. El economista e historiador afroamericano Thomas Sowell indica que la población sureña, negra y ex-esclava se disgregó entre sus vecinos redneck escoceses/irlandeses. Sin embargo, los descubrimientos de Kubik y otros estudiosos muestran claramente la esencia africana de muchos aspectos vitales en la expresión del blues.
Los motivos sociales y económicos del inicio del blues no se conocen en su totalidad. La primera aparición del blues no está bien definida y suele datarse entre 1870 y 1900, en un periodo que coincide con la emancipación de los esclavos y la transición de la esclavitud hacia la agricultura a pequeña escala en el sur de Estados Unidos. Paul Oliver cita un texto de Charlotte Forten, de 1862, en el que ya habla de blues como estado de ánimo y de cómo algunas work songs se cantaban de forma especial, para superar los blues.
Algunos investigadores asocian el desarrollo del blues en los primeros años del siglo XX como un movimiento desde un grupo de interpretaciones hacia un género más individualizado, argumentando que el desarrollo del blues está asociado con la nueva condición de libertad de los esclavos. Según Lawrence Levine había una relación directa entre el énfasis ideológico nacional sobre el individuo, la popularidad de las enseñanzas de Booker T. Washington y el auge del blues». Levine indica que «psicológicamente, socialmente y económicamente, los negros fueron disgregados culturalmente de tal manera que hubiera sido imposible durante la esclavitud, y es sorprendentemente complicado que su música secular reflejara este hecho al igual que hizo su música religiosa».
La industria estadounidense de publicación de partituras produjo una gran cantidad de música ragtime. Hacia 1912, esta industria publicó tres composiciones asociadas al blues, precipitando la adopción de elementos de blues por parte del Tin Pan Alley: Baby Seals’ Blues de Baby F. Seals (con arreglos de Artie Matthews), Dallas Blues de Hart Wand y Memphis Blues de W. C. Handy.
Handy fue un músico, compositor y arreglista bien formado que ayudó a popularizar el blues transcribiendo y orquestándolo en casi cualquier género sinfónico, con grupos y cantantes. Se convirtió en un compositor famoso y prolífico, denominándose él mismo como el «padre del blues»; sin embargo, sus composiciones pueden definirse como una mezcla de ragtime con jazz (mezcla facilitada por el uso del ritmo latino habanera, el cual estaba presente desde hace tiempo en el ragtime). Uno de principales temas de Handy fue St. Louis Blues.
En los años veinte, el blues se convirtió en un elemento principal de la cultura afroamericana y de la música popular estadounidense, llegando incluso a la audiencia blanca a través de los arreglos de Handy y las interpretaciones de cantantes femeninas clásicas de blues. El blues evolucionó de interpretaciones informales en bares a una forma de entretenimiento en teatros. Los espectáculos de blues estaban organizados por la Theater Owners Bookers Association en clubes como el Cotton Club y en juke joints como los que se podían encontrar en la calle Beale de Memphis; debido a ésta evolución, se marcó el camino hacia una importante diversificación de estilos y a una distinción aún más clara entre el blues y el jazz. Fue en este periodo en el cual compañías discográficas, como la American Record Corporation, Okeh Records y Paramount Records, comenzaron a grabar música afroamericana.
Mientras la industria discográfica crecía, intérpretes de country blues como Charlie Patton, Leadbelly, Blind Lemon Jefferson, Lonnie Johnson, Son House o Blind Blake adquirieron notoriedad en las comunidades afroamericanas. Jefferson fue uno de los pocos intérpretes de country blues que llegó a grabar prolíficamente y puede que fuera el primero en grabar con la técnica de slide guitar, técnica que se convertiría en un elemento importante del delta blues. En los años veinte, las primeras grabaciones de blues se englobaron en dos categorías: un blues rural (country blues, más tradicional) y un blues más pulido y urbano.
Los intérpretes de country blues solían improvisar, unas veces sin acompañamiento y otras haciendo uso de un bajo o una guitarra. En los primeros años del siglo XX existía una gran variedad de estilos regionales en el country blues; el Misisipi Delta Blues era un estilo de profundas raíces con voces apasionadas acompañadas de Steel guitar. Robert Johnson, el cual grabó muy pocas canciones, combinó elementos tanto del blues urbano como del rural. Junto a Robert Johnson, intérpretes influyentes de este género fueron sus predecesores Charlie Patton y Son House. Cantantes como Blind Willie McTell y Blind Boy Fuller interpretaron la «delicada y lírica» tradición sureña del Piedmont blues, estilo que utilizaba una técnica muy elaborada de tocar la guitarra sin púa. Georgia también tuvo una tradición temprana hacia los slides.
El Memphis blues, el cual se desarrolló durante los años veinte y treinta alrededor de Memphis (Tennessee), estuvo influenciado por bandas como Memphis Jug Band o Gus Cannon's Jug Stompers. Intérpretes como Frank Stokes, Sleepy John Estes, Robert Wilkins, Joe McCoy o Memphis Minnie (famosa esta última por su virtuosismo a la hora de tocar la guitarra) utilizaron una gran variedad de instrumentos atípicos como el mirlitón, el violín o la mandolina. El pianista Memphis Slim inició su carrera en Memphis, pero su estilo tranquilo y distintivo era mucho más suave y ya contenía algunos elementos del swing. Gran parte de los músicos blues que vivían en Memphis se trasladaron a Chicago a finales de los años treinta y principios de los años cuarenta, formando parte del movimiento de blues urbano que uniría la música country con el blues eléctrico.
Los estilos urbanos del blues estaban más codificados y elaborados. El blues clásico femenino y las cantantes blues de vaudeville, fueron famosas en los años veinte, destacando intérpretes como Mamie Smith, Gertrude Ma Rainey, Bessie Smith y Victoria Spivey. Mamie Smith, la cual era más una intérprete de vaudeville que una artista del blues, fue la primera afroamericana en grabar un blues en 1920; su Crazy Blues vendió 75.000 copias en el primer mes.
Ma Rainey (denominada la Madre del Blues) y Bessie Smith cantaban «... cada canción alrededor de tonos centrales, quizás para proyectar sus voces más fácilmente hacia el fondo de la habitación». Smith «... cantaba una canción en una afinación inusual, y su calidad como artista mezclaba y estiraba las notas gracias a su bella y poderosa voz de contralto para acomodarse a la interpretación de una manera inigualable». Entre los intérpretes masculinos de blues urbano se incluían músicos negros populares del momento como Tampa Red (denominado ocasionalmente como el Mago de la Guitarra), Big Bill Broonzy y Leroy Carr, tomando este último la decisión inusual de acompañarse a sí mismo con un piano.
El boogie-woogie fue otro de los géneros importantes de blues urbano en los años treinta y principios de los años cuarenta. Mientras que el género suele asociarse con un único piano, el boogie-woogie solía interpretarse con cantantes como acompañamiento en algunas bandas de música. Este estilo estaba caracterizado por una figura en forma de bajo, un ostinato o riff y un cambio de nivel en la mano izquierda, elaborando cada acorde y creando ornamentos con la mano derecha. El boogie-woogie fue desarrollado principalmente por el músico de Chicago Jimmy Yancey y por el trío de boogie-Woogie (Albert Ammons, Pete Johnson y Meade Lux Lewis). Los intérpretes de este género en Chicago incluían a Clarence Pine Top Smith y Earl Hines, el cual «enlazó los ritmos de la mano izquierda de los pianistas del ragtime con las figuras melódicas similares a las que interpretaba Louis Armstrong con la mano derecha».
En los años cuarenta comenzó a desarrollarse el género jump blues, el cual estuvo influenciado por la música big band, utilizando el saxofón u otros instrumentos de viento, además de la guitarra, en las secciones rítmicas para crear un sonido jazzero y desacompasado con voces claramente marcadas. Las melodías jump blues de Louis Jordan y Big Joe Turner, de Kansas City, influenciaron el desarrollo de posteriores géneros como el rock and roll y el rhythm and blues. Tanto el estilo suave de Louisiana de Professor Longhair como el más reciente de Dr. John, mezclaron el ritmo clásico con los géneros del blues.
Tras la Segunda Guerra Mundial, y en los años cincuenta, los afroamericanos se trasladaron a las ciudades del norte de Estados Unidos y nuevos géneros musicales (como el blues eléctrico), se hicieron populares en ciudades como Chicago, Detroit y Kansas City. El blues eléctrico utilizaba guitarras amplificadas eléctricamente, bajos eléctricos, baterías y armónicas. Chicago se convirtió en el centro de este género a principios de los años cincuenta.
El Chicago blues está influenciado, en gran parte, por el género del Delta Blues, debido a la migración de intérpretes desde el estado de Misisipi. Howlin' Wolf, Muddy Waters, Willie Dixon y Jimmy Reed nacieron en Misisipi y se trasladaron a Chicago durante la Gran migración afroamericana, entre los 20 y los 30s. Su estilo estaba caracterizado por el uso de la guitarra eléctrica, la Steel guitar, la armónica y una sección rítmica de bajo y batería. J. T. Brown, el cual tocó en las bandas de Elmore James o J. B. Lenoir, también utilizó saxofones, pero de forma secundaria en vez de utilizarlos como instrumentos principales.
Little Walter y Sonny Boy Williamson II, famosos armonicistas (denominados harp en el argot de los músicos de blues), pertenecen a la etapa inicial del Chicago blues. Otros armonicistas como Big Walter Horton también desempeñaron un papel importante en aquella etapa. Muddy Waters y Elmore James eran conocidos por su uso innovador de la Steel guitar eléctrica. B. B. King y Freddie King, no utilizaban la Steel guitar pero fueron guitarristas influyentes en el género del Chicago blues. Howlin' Wolf y Muddy Waters también eran conocidos por sus voces profundas y graves.
El bajista y compositor Willie Dixon desempeñó un papel importante en la escena del Chicago blues; compuso y escribió muchos temas de blues estándar de aquel periodo, como Hoochie Coochie Man, I Just Want to Make Love to You (ambos compuestos para Muddy Waters), Wang Dang Doodle (compuesto para Koko Taylor y Back Door Man (compuesto para Howlin' Wolf). La mayoría de los artistas del Chicago blues grabaron sus discos para el sello discográfico de Chicago Chess Records.
En los años cincuenta, el blues tenía una gran influencia en la música popular de masas de EE. UU. Mientras que músicos populares como Bo Diddley y Chuck Berry estuvieron influenciados por el Chicago blues, su estilo entusiasta a la hora de tocar se diferenciaba claramente de los aspectos melancólicos del blues y lograba encasillarlos dentro del mundo del rock and roll. Precisamente, la forma de tocar de Diddley y Berry fue uno de los factores de influencia en la transición del blues al rock and roll. Elvis Presley y Bill Haley estuvieron más influenciados por el jump blues, el boogie-woogie y el country, popularizando ambos el rock and roll dentro del segmento de población blanca de aquellos tiempos. El Chicago blues también influenció la música zydeco de Luisiana, en la cual Clifton Chenier utilizaba acentuaciones blues. Los músicos del género zydeco utilizaban guitarras eléctricas y arreglos cajún basados en los estándares del blues.
Otros artistas de blues, como T-Bone Walker y John Lee Hooker, no estuvieron influenciados directamente por el subgénero de Chicago. Nacido en Dallas, T-Bone Walker suele asociarse con el West Coast blues, el cual es más suave que el Chicago blues y ofrece una transición entre el Chicago blues, el jump blues y el swing, con cierta influencia en las guitarras del jazz. El blues de John Lee Hooker es más personal, basado en su voz profunda y en el único acompañamiento de una guitarra eléctrica y un contrabajo; a pesar de no estar influenciado directamente por el boogie-woogie, el género suele denominarse guitar boogie. Su primer éxito Boogie Chillen alcanzó el número 1 en las listas de R&B en 1949.
Hacia finales de los años cincuenta, el swamp blues se desarrolló cerca de Baton Rouge, con intérpretes como Slim Harpo, Sam Myers y Jerry McCain. Este género tenía un ritmo más lento y utilizaba la armónica de forma más simplificada que las interpretaciones realizadas por artistas del Chicago blues tales como Little Walter o Muddy Waters. Algunas canciones de este género son Scratch my Back, She’s Tough y I'm a King Bee de Slim Harpo.
Al principio de los años sesenta, los géneros musicales influenciados por la música afroamericana, como el rock and roll y el soul, ya formaban parte de la música popular estadounidense. Los intérpretes caucásicos habían llevado la música afroamericana a nuevas audiencias, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. En Reino Unido, las bandas de músicos emulaban a las leyendas del blues estadounidense, y a lo largo de la década el blues inglés desempeñó un importante papel de recuperación de cantantes afroamericanos al llevarlos a Europa y reinterpretar sus temas clásicos.
Bluesmen como John Lee Hooker y Muddy Waters siguieron tocando para sus admiradores entusiastas e inspirando a nuevos artistas en el campo del blues tradicional, como el músico nacido en Nueva York, Taj Mahal. John Lee Hooker mezcló su estilo de blues con elementos del rock y empezó a tocar con jóvenes músicos blancos, creando un género musical que puede escucharse en el disco de 1971 Endless Boogie. La técnica virtuosa de B. B. King le valió el apodo de Rey del Blues. A diferencia del subgénero de Chicago, la banda de King utilizaba soporte de viento (en forma de saxofón, trompeta y trombón), en vez de utilizar únicamente la Steel guitar y la armónica. El cantante de Tennessee, Bobby 'Blue' Bland, al igual que B. B. King, también mezcló los géneros musicales del blues y del rhythm and blues.
La música de los movimientos por 'los derechos civiles' y por 'la libertad de expresión' impulsó en Estados Unidos un resurgir del interés por las raíces de la música estadounidense y por los inicios de la música afroamericana. Festivales de música, como el Newport Folk Festival, llevaron el blues tradicional a nuevas audiencias, e hicieron que resurgiera el interés por el blues acústico de pre-guerra y por las grabaciones de intérpretes como Son House, Mississippi John Hurt, Skip James y Reverend Gary Davis; muchas de estas grabaciones fueron reeditadas, entre otras, por la compañía discográfica Yazoo Records. J. B. Lenoir, perteneciente al movimiento del Chicago blues de los años cincuenta, grabó varios vinilos con guitarras acústicas, en los que contó con el acompañamiento ocasional de Willie Dixon al bajo acústico o a la batería; sus canciones hablaban de problemas políticos como el racismo o la guerra de Vietnam, lo cual no era muy usual por aquella época.
El interés de las audiencias caucásicas por el blues durante los años sesenta se incrementó debido al movimiento liderado por el grupo Paul Butterfield Blues Band y por el blues británico (British Blues). Este género, promovido principalmente por Alexis Korner, se desarrolló en Reino Unido, donde grupos como Graham Bond Organization, John Mayall & the Bluesbreakers, The Rolling Stones, The Yardbirds, Cream, y los irlandeses Them interpretaron canciones clásicas de blues de los subgéneros Delta blues y Chicago blues.
Los músicos británicos de blues de principios de los años sesenta inspiraron, a su vez, a un número de intérpretes estadounidenses de blues-rock, incluyendo a Canned Heat, Janis Joplin, Johnny Winter, The J. Geils Band y Ry Cooder. Gran parte de los primeros éxitos del grupo británico Led Zeppelin fueron tributos a canciones tradicionales de blues, lo que no es raro si tomamos en cuenta que su guitarrista Jimmy Page provenía de los Yardbirds. Un intérprete de blues-rock original de Seattle, Jimi Hendrix, fue una rareza en su campo por aquellos tiempos: un negro que tocaba 'rock psicodélico'; Hendrix fue un guitarrista virtuoso y un pionero en el uso de la distorsión y el 'feedback' en su música. A través de éstos y de otros artistas, la música blues influenció el desarrollo de la música rock.
A finales de los años cincuenta, el West Side blues emergió en Chicago con Magic Sam, Magic Slim y Otis Rush; su principal característica fue el basarse en un soporte rítmico otorgado por una guitarra rítmica, un bajo eléctrico y batería. Albert King, Buddy Guy y Luther Allison fueron componentes de este género, el cual estaba dominado por una guitarra eléctrica principal amplificada.
Desde los años ochenta se ha experimentado un resurgir en el interés por el blues por parte de cierto sector de la población afroamericana, principalmente en la zona de Jackson y en otras regiones del 'sur profundo'. El soul blues, denominado comúnmente soul sureño, tuvo un éxito inesperado gracias a dos grabaciones del sello discográfico Malaco asentado en Jackson: el tema de Z. Z. Hill Down Home Blues (1982) y el tema de Little Milton The Blues is Alright (1984). Entre los intérpretes afroamericanos contemporáneos que trabajaron por este resurgir puede nombrarse a Bobby Rush, Denise LaSalle, Sir Charles Jones, Bettye LaVette, Marvin Sease, Peggy Scott-Adams, Billy Soul Bonds, T. K. Soul, Mel Waiters y Willie Clayton. La red de cadenas de radio de blues de EE. UU., fundada por Rip Daniels (un ciudadano negro de Misisipi), emitió soul blues en sus emisiones y contó con la presencia de personalidades de la radio como Duane DDT Tanner y Nikki deMarks.
Desde 1980, el blues ha continuado tanto en su forma tradicional como dando paso a nuevos géneros. El Texas blues nació con la utilización de guitarras tanto para roles rítmicos como en solitario. A diferencia del West Coast blues, el género tejano está influenciado principalmente por el movimiento rock-blues británico. Artistas de renombre del Texas blues son Johnny Winter, Stevie Ray Vaughan, The Fabulous Thunderbirds y ZZ Top. Los años ochenta también vieron el renacer de la popularidad de John Lee Hooker, realizando colaboraciones con Carlos Santana, Miles Davis, Robert Cray y Bonnie Raitt, entre otros. Eric Clapton, famoso por sus actuaciones con los Blues Breakers y Cream, grabó en los años noventa su disco MTV Unplugged, en el cual interpretó varios temas blues con una guitarra acústica. Desde entonces ha rendido tributo a este estilo con discos que pueden considerarse totalmente de blues, como From the Cradle o Me and Mr. Johnson, y que han acercado el género al gran público.
En los años ochenta y noventa comenzaron a distribuirse publicaciones de blues como Living Blues y Blues Revue, formándose asociaciones de blues en las principales ciudades, festivales de blues al aire libre y aumentando el número de clubes nocturnos y edificios asociados al blues.
En los años noventa, los intérpretes de blues exploraron un amplio rango de géneros musicales, como puede verse en las nominaciones para los premios anuales Blues Music Awards, denominados con anterioridad W. C. Handy Awards, o en las nominaciones para los premios Grammy en las categorías de Mejor disco de blues contemporáneo y Mejor disco de blues tradicional. La música blues contemporánea está representada por varios sellos discográficos como Alligator Records, Blind Pig Records, MCA, Delmark Records, Delta Groove Music, NorthernBlues Music y Vanguard Records, siendo algunos de los más famosos por haber redescubierto y remasterizado rarezas del blues Arhoolie Records, Smithsonian Folkways Recordings, Yazoo Records y Document Records.
Hoy en día, los jóvenes artistas de blues están explorando todos los aspectos de este género musical, desde el clásico Delta blues hasta el blues más orientado al rock; artistas que nacieron a partir de los años setenta como Shemekia Copeland, Jonny Lang, Corey Harris, John Mayer, Vargas Blues Band, Susan Tedeschi y North Mississippi Allstars han desarrollado sus propios estilos.
DISCOS RECOMENDADOS
King Of The Delta Blues (1937).
A mediados de los 60 Columbia Records sacó a la calle una compilación de esta leyenda llegando a vender la exorbitante cifra de un millón de discos, algo inimaginable para el blues por entonces.
Born Under A Bad Sign (1967).
Este disco influyó directamente en Jimi Hendrix , Eric Clapton y Stevie Ray Vaughan y una lista interminables de futuro astros de las seis cuerdas. El tema "Born Under A Bad Sign" fue compuesta por Booker T. Jones y William Bell. Y cualquier banda que se diga amante de blues la ha tenido en su repertorio. Capaz de opacar al mismísimo Hendrix en el Filmore, uno de los tres reyes en su trabajo más inspirado; nacía la leyenda...
I Am The Blues (1970).
Productor, compositor, bajista y cantante, trabajó con los más grandes, tanto del circuito negro como en la posterior invasión inglesa (The Rolling Stones, The Yardbirds, Cream, Jeff Beck Group o Led Zeppelin). En 9 canciones nos demuestra su talento ,"él es el blues" .
Hoodoo Man Blues (1965).
En el año en que fue grabado, tanto Wells como Buddy Guy (que participó en las guitarras) gozaban de una popularidad enorme y un momento artístico impecable, auténtico blues en la ciudad de Capone.
At Newport 1960 (1960)
Muddy Waters fue el hombre que llevó el blues del Delta a la gran ciudad. Esta fue su primera grabación en directo, acompañado por una colosal banda: Otis Span, James Cotton y Pat Hare. Entre otras delicias contiene una desgarradora versión de "Got My Mojo Working" y una apabullante interpretación de "Hoochie Coochie Man". Un magnífico momento de la historia del blues preservado en este álbum para la posteridad.
Moanin’ At The Moonlight (1959).
Indispensable por donde se lo escuche, se llenaría una enciclopedia con la cantidad de músicos (blancos y negros) que utilizaron los acordes de este trabajo. Dixon en las letras, Hubert Sumlin en las guitarras y el gran lobo aullador estremeciendo hasta la médula.
Live at the Regal (1964).
King demostraba ser un gran showman, interactuando con su público. En este disco se puede apreciar todo su talento como guitarrista de blues fusionándolo por momentos con el jazz, haciendo excelentes interpretaciones de "Every Day I Have The Blues" y "How Blue Can You Get". Pero el pico más alto lo marca "Worry, Worry", con una brillante improvisación de guitarra y seis minutos magistrales.
T-Bone Blues (1960).
Grabado en sesiones triples del 55 al 57, este músico acusado falsamente por los puristas más acérrimos (por tener en su banda músicos de jazz) nos deja como legado una de las mejores obras del blues de posguerra. "Call It Stormy Monday" pasaría a formar parte del olimpo musical.
Ice Pickin’ (1978).
Este álbum nos demuestra a las claras que la Telecaster fue creada para ser tocada únicamente por "Iceman", su primer disco en Alligator Records que le otorgó la popularidad hasta su partida.
And The HouseRockers (1973).
Altamente recomendable, salvaje, crudo, electrizante de principio a fin. Dos guitarras garageras y una batería. El boogie ya tendria dueño absoluto con Hound Dog.
I’m John Lee Hooker (1959)
Este es el primer álbum de blues eléctrico del gigante del blues. Una colección de lo mejor de sus primeros años, que cuenta con éxitos como "Dimples", "I’m in the Mood", "Crawlin’ King Snake" y "Boogie Chillun", en sus versiones más conocidas. Una de las grandes colecciones de blues de la post-guerra.
A Man And The Blues (1968).
Su primer trabajo y el mejor; Buddy toca tan apasionadamente que sería muy difícil igualarlo; junto a Stone Crazy, del 81, lo mejor de su carrera.
Roy Buchanan (1972).
El más grande y desconocido músico de blues en el mundo haciendo gemir a su Telecaster en su debut discográfico. "Sweet Dreams" emociona a cualquiera, Martin Scorsese la eligió para el final de "The Departed".
Couldn’t Stand the Weather (1984).
Un puente entre el blues y el rock, figura principal del renacimiento de esta música en los finales del 80. Gigante como el estado de Texas.
The Natch’l Blues (1968).
Un trabajo en el que encontramos folk, gospel y soul de una manera tan brillantemente blusera que destila algodón por todas partes. Prestad mucha atención a Al Kooper al órgano. En 2000 salió una reedición con tres bonus tracks.
Getting Ready (1961).
Freddy es el guitarrista preferido por Eric Clapton. Aquí nos regala todo su talento como intérprete con un blues sureño altamente emotivo. La guitarra y la voz de King tocan el cielo en "Same Old Blues".
Paul en armónica y voz y Michael Bloomfield en guitarra, apoyados por una excelente sección rítmica, tira por la borda las viejas estructuras del blues plasmando una fusión de jazz, rock y R&B increíble. El blues de esta banda no conoció fronteras.
Bad News Is Coming (1973).
El primer blusero que grabó para la Motown, muchos le dieron la espalda por tal motivo. Su posterior exilio europeo fue el causante de que no tuviese el reconocimiento que merecía. Aquí aportó una cuota de funky en "Raggedy and Dirty" antológica.
Blue Matter (1970).
Chris Youlden fue la voz más distintiva del blues británico y tras su partida la banda nunca se pudo recuperar. Con temas grabados en estudio y tomas en directo de vigorosos covers de viejos maestros, el liderazgo del virtuoso guitarrista Kim Simmonds, la banda logra un disco sublime.
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