LOS HIJOS SEGUN SARAMAGO

José Saramago nos ha sorprendido, enseñado y emocionado mucho con sus novelas que terminó valiéndole el Premio Nobel de Literatura en 1998, donde la Academia Sueca  destacó su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía».  

Pero el valor de este escritor portugués, que lamentablemente ya no está físicamente con nosotros, excede sus escritos. Si no, lean a continuación esta reflexión acerca de los hijos:
Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y de cómo nosotros aprender a tener coraje. Si, ¡eso es! Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, po...rque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado ¿perder? ¿cómo? ¡No es nuestro! Fue apenas un préstamo... EL MÁS PRECIADO Y MARAVILLOSO PRÉSTAMO ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias. Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos.
José Saramago

DIA DE LA INDUSTRIA: QUE CONMEMORAMOS?

Debe de haber pocos países en el mundo (por no decir ninguno y contribuir a alimentar nuestro ego –por aquello de la originalidad nacional) que para homenajear a su industria nacional elijan la conmemoración de un hecho delictivo; concretamente, un episodio de contrabando. 

Eso fue lo que ocurrió aquel 2 de septiembre de 1587 en el territorio que hoy conocemos como República Argentina y que entonces pertenecía al Virreinato del Perú.

 Aquel 2 de septiembre de 1587 zarpó del fondeadero del Riachuelo, que hacía las veces de puerto de Buenos Aires, la carabela San Antonio, al mando de un tal Antonio Pereyra, con rumbo al Brasil.

 La San Antonio llevaba en sus bodegas un cargamento proveniente del Tucumán, fletado por el obispo fray Francisco de Vitoria. Se trataba de tejidos y bolsas de harina producidos en la por entonces próspera Santiago del Estero. Lo notable es que, según denunció el gobernador de Tucumán, Ramírez de Velasco, dentro de las inocentes bolsas de harina se encontraban camuflados varios kilos de barras de plata del Potosí, cuya exportación estaba prohibida por real cédula. Es decir que ‘la primera exportación argentina’ encubrió un acto de contrabando y comercio ilegal.

Fuente: LOS MITOS DE LA HISTORIA ARGENTINA, Felipe Pigna
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