Si hay un dibujo animado que representa los años 70 y es el personaje más entrañable para quienes fueron niños en esa época, es la Pantera Rosa. Su mezcla de ingenuidad y surrealismo es de una genialidad exquisita. La simpleza en los rasgos de los personajes, los escenarios con el estilo de un Van Gogh pop y el hecho de que la única voz que se oye ocasionalmente es la del locutor en off, terminan de crear una historieta que mejora con el tiempo.
Pero en honor a la verdad, la Pantera Rosa fue, antes que nada, una comedia de detectives de los años ‘60, en la que una valiosísima joya es robada, un diamante llamado “la Pantera Rosa”, sustraído por un ladrón profesional quese hace famoso por la hazaña del robo.
En esta estupenda comedia, protagonizada por el genial Peter Sellers (el detective) y David Niven (el ladrón), hace su primer aparición nuestro personaje, aunque sólo en un papel secundario, a decir verdad en los títulos al comenzar la película y al finalizar superpuesto en la última escena persiguiendo al auto donde se llevan detenido al ladrón.
La Pantera Rosa animada era apenas un personaje de fantasía que acompañaba esta película en la que todo fue hecho a lo grande: la música fue compuesta por el genial Henry Mancini, el vestuario diseñado por Yves Saint Lauren, y la animación de los títulos, encargada nada menos que a Friz Freleng, el creador de Bugs Bunny y la mayoría de los personajes de Looney Tunes.
Finalmente el dibujo de Freleng no pasó desapercibido. A un mes del estreno, la Pantera Rosa fue tapa de la revista Time. Los productores se plantearon la posibilidad de que el personaje tuviera su serie propia: hicieron un primer capítulo de prueba y lo divulgaron para ver qué aceptación tenía. Pronto ganaron un Oscar al mejor corto animado.
Y así nació la Pantera Rosa tal como la conocemos.
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