La creatividad surge de las maneras más inesperadas, en los contextos menos pensados. No existen límites para el arte, y en este caso, tampoco rejas ni candados. Esto permite que en distintos penales del país, las letras, las estrofas y las manualidades, se transforman en ese lenguaje universal que le permite a los reclusos expresarse al mundo y revalorizar su humanidad.
Por ejemplo, gracias a un convenio entre la ONG Va de Vuelta, la Universidad de San Martín y el Servicio Penitenciario Bonaerense, 25 internos del Penal 48 de San Martín participan de un taller de poesía e incluso editaron un libro llamado Ondas de Hiroshima. Allí, también, en una experiencia novedosa e integradora, 68 internos y guardiacárceles están cursando juntos el 1er y 2do año de la carrera de sociología.
En esta misma línea de incentivar sus potencialidades, hace más de 3 años que la Fundación de la Merced lleva adelante un coro y un taller de artes plásticas de los que participan 480 personas privadas de libertad de ambos sexos que provienen de distintos lugares de la provincia. Los resultados fueron más que positivos ya que gracias a este tipo de programas se bajó considerablemente el nivel de violencia en los pabellones y se trabaja en actividades de tratamiento para fortalecer el proceso de reinserción social de los detenidos.
Por su parte, el Secretariado de Ayuda Cristiana en cárceles está lanzando un programa de capacitación en telar y otros oficios, para que las mujeres que están por cumplir la condena tengan posibilidad de microemprendimiento al momento de salir (les regalan un telar cuando recobran su libertad), y estén en su casa. Es muy preventivo ante la reincidencia en el delito, la opción por la prostitución y el abandono de los hijos.
En el caso del Taller La Estampa se trata de un proyecto de arte social que se desarrolla en forma conjunta entre la Secretaría de Justicia y Asuntos Penitenciarios que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y la Subsecretaría de Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Consiste en una riquísima experiencia de capacitación en el arte de grabado, que se inicio en 2000 y del que participan las internas del Instituto Correccional de Mujeres de Ezeiza (U.3), que depende del Servicio Penitenciario Federal. Hasta la fecha han participado de 42 exposiciones, incluyendo ArteBA.
Fuente: Diario La Nación
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