George Jackson tenía 18 años en 1961 cuando lo sentenciaron a la cárcel por el robo de 70 dólares de una gasolinera. En el sistema carcelario de California las pandillas de blancos fascistas y los guardias atacaban con frecuencia y brutalidad a los presos negros. Jackson organizó un contraataque con una pandilla negra. George Jackson pasó los diez años de vida que le quedaban en la cárcel, y casi ocho de ellos en celdas aisladas de castigo por defender o vengar a otros reclusos.
Fuertes vientos políticos llegaron a la cárcel desde las calles del ghetto. George Jackson abrazó la revolución. Estudió las obras de Marx, Lenin, Mao Tsetung; escribió: "No quiero morir dejando como único monumento unas pocas canciones tristes y un montecillo de tierra. Quiero dejar un mundo liberado de basura, contaminación, racismo, estados nacionales, guerras y ejércitos de estados nacionales, ostentación, intolerancia, estrechez de miras, mil clases de mentiras y la economía usurera y licenciosa".
El Partido Pantera Negra nombró a George Jackson mariscal de campo. Sus artículos salieron en el periódico del partido, el Black Panther.
En enero de 1970 un guardia de la cárcel Soledad State mató a balazos a tres reclusos en el patio. Tres días después un gran jurado lo declaró homicidio justificado. Media hora después del fallo, apareció un guardia blanco muerto a golpes. Las autoridades acusaron a George Jackson y otros dos presos de asesinato.
El movimiento radical que estaba en ascenso fuera de las prisiones se organizó para defender a los tres "Hermanos de Soledad". El primer libro de Jackson, Soledad Brother (Hermano de Soledad), fue muy bien recibido.
"Como esclavo, el fenómeno social que me ocupa toda la conciencia por supuesto es la revolución. El esclavo. y la revolución. Nacido a una muerte prematura, para hacer oficios serviles por un sueldo mínimo, el jornalero, el basurero, el atrapado, el encarcelado, sin fianza. soy yo, la víctima colonial. Cualquier funcionario de bajo nivel me podría matar mañana. sin castigo. He vivido la represión cada hora de mi vida, una represión tan severa que cualquier cambio de mi parte traerá alivio; una pequeña victoria o el alivio de la muerte. En todo sentido del término, en todo sentido auténtico, soy esclavo de la propiedad".
"Nos han convertido en la alfombrilla del mundo, pero el mundo todavía no ha visto lo que la gente como nosotros es capaz de lograr. Habrá una página especial en el libro de la vida para los que han regresado desde la tumba. Esta página hablará de la derrota total, la ruina, la pasividad y la sujeción por un lado, y por el otro, la victoria aplastante y la realización contundentes".
El sistema se sintió amenazado. Las brutales operaciones diarias de las cárceles quedaron ampliamente denunciadas en la sociedad. Lo que es más, los mismos presos surgieron como una fuerza revolucionaria importante, con aliados en otros sectores.
El juicio de los Hermanos de Soledad estaba programado para finales del verano de 1971 y las autoridades sabían que George Jackson iba a enjuiciarlas a ellas por sus grandes crímenes.
El 21 de agosto de 1971 decidieron matarlo. Es probable que nunca se sepan todos los detalles de lo que ocurrió aquel día. Pero no hay duda de que asesinaron a George Jackson a sangre fría para callarlo.
Cuando los guardias llevaron a Jackson de vuelta de la reunión con su abogado, le tendieron una trampa. Pero parece que Jackson logró anticiparse a sus asesinos y estalló una breve rebelión en esa ala de la prisión, en que murieron tres guardias y dos presos.
Los reclusos del centro de modificación dijeron más tarde que Jackson no corrió al patio para escaparse, sino que se sacrificó: que sabía que era el blanco de los guardias y que se separó de los demás para salvarlos de una masacre.
La autopsia concluyó que una bala le penetró la espinilla y cayó al suelo. Otra bala le penetró la espalda a quemarropa. Lo mataron de rodillas. Una ejecución.
La versión oficial no resistía ningún análisis. Declararon que el abogado había entregado un arma a Jackson y una peluca afro para que la escondiera debajo de ella y que el hombre había intentado escapar provocando un levantamiento y que les había sido necesario balearlo para impedir que las cosas empeoraran en vista a que estaba armado.
Através de un modelo con similares carácterísticas físicas, se comprobó la imposibilidad de Jackson de esconder un arma debajo de aquella peluca, y mucho menos caminar 50 metros con ella sin haberse ayudado con las manos, y además el arma sobresalía y hubiera sido descubierta a simple vista por los guardias. Por otro lado, como si esto fuera poco, se colocó en las manos del muerto una pistola automática de 9 mm que pertenecía al mariscal de campo del Partido Pantera Negra Landon Williams, pero el FBI se la había confiscado en 1969. Esto sin contar con que el abogado de Jackson había pasado por una serie de detectores de metal y no hubiera podido meter una pistola y municiones sin la aprobación de los guardias.
Con típica arrogancia, las autoridades de la cárcel ni siquiera se molestaron en inventarse una mentira cuidadosa. Daban por sentado que les creerían, como de costumbre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario