El obispo guatemalteco Juan José Gerardi Conedera fue un defensor férreo de los Derechos Humanos en su país y dedicó su vida a la lucha por la paz en su país.
El vio de cerca los índices de violencia que se registraron entre el ejército de Guatemala y varios grupos armados de la subversión, que incluyeron persecuciones, torturas y crímenes masivos. Cientos de catequistas católicos y dirigentes cristianos de pueblos y aldeas fueron brutalmente asesinados, la mayoría de los cuales pertenecían a etnias mayas. El mismo incluso recibiría múltiples amenazas de muerte y atentados contra su vida.
En 1988, la Conferencia Episcopal de Guatemala nombró a monseñor Rodolfo Quezada Toruño y a monseñor Juan Gerardi para participar en la Comisión Nacional de Reconciliación. Ello llevaría a la creación de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado, (ODHAG), para ocuparse de las víctimas de la violencia de Estado y cualquier violación a los Derechos Humanos. En consecuencia, Gerardi inició el proyecto interdiocesano REMHI (Recuperación de la Memoria Histórica), que dirigió personal y comprometidamente, con intención de registrar por medio de testimonios y documentación la historia reciente de Guatemala, argumentando así que conocer la verdad sobre los crímenes cometidos durante la dictadura debía ser indispensable para la paz social en el país.
El día 24 de abril de 1998, el proyecto REMHI fue presentado, intitulado "Guatemala: Nunca más", en cuatro tomos. Este reporte exponía a miles de testigos y víctimas de la represión estatal y culpaba de la mayoría de crímenes al ejército de Guatemala. En las investigaciones se documentaron más de 54,000 violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura militar (1960-1996). La autoría de la mayoría de brutalidades, según pruebas fehacientes, incluidas masacres, torturas, violaciones masivas, desapariciones forzadas, mutilaciones y otros crímenes, se le atribuyó a las fuerzas del Estado.
En el reporte retrospectivo se presentaron miles de testimonios recogidos en todo el país, que fueron relatando cuarenta años de memoria de represión: 150 mil guatemaltecos muertos, cincuenta mil desaparecidos, un millón de exiliados y refugiados, doscientos mil huérfanos, cuarenta mil viudas. Nueve de cada diez víctimas eran civiles desarmados, en su mayoría indígenas. En el 90% de los crímenes, la responsabilidad era del ejército o de bandas paramilitares que se relacionaban con él.
El trabajo de recuperación histórica que Gerardi y su equipo realizaron, sería fundamental en las labores posteriores de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH), entidad auspiciada por la ONU, instalada en virtud de los Acuerdos de Paz de 1996. La comisión de Naciones Unidas llegó a conclusiones similares que el proyecto histórico que dirigió el obispo, responsabilizando al ejército de más del 90% de los crímenes perpetrados durante las cuatro décadas de confrontación política.
Dos días después de la publicación del informe "Guatemala: Nunca más", el 26 de abril de 1998, el obispo Gerardi fue salvajemente asesinado a golpes en el garage de la casa parroquial de San Sebastián, en la ciudad de Guatemala.
Su identificación se logró sólo tras la identificación del anillo episcopal en su mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario